Pero el titulo, y una llamada de teléfono me devuelven a mis raices...
Al otro lado, le escucho...
Me lo imagino envuelto en una manta de color azul, encima de la cama, medio inclinado con su cabeza hacia abajo, resbalandose por el borde del colchón...
Mientras gimotea como un niño pequeño, y salpica gota a gota, con su saliva las baldosas rojizas del suelo.
Vuelta al vacío, se dice...
De pronto entra el viento por la ventana, cierra los ojos...y comienza escuchar los sonidos de los pajaros, y piensa en la relación entre ambos...cambiando la posición de su cuerpo, y apoyando la espalda en el colchón.
No quiere levantarse.
No entiende para qué necesita levantarse.
Moriria, tal vez...
Sin casa, sin trabajo, sin mujer, sin familia, sin una mente clara, toxica y fragil.
Busca fuerzas, para levantarse, y salir de la arruga de su propia desdicha.
Pasan las horas, pasan los días, pasan los años...y uno solo espera a la muerte...
Porque la vida, cree en los triunfadores, y no en sus fracasados.
Tampoco le importa demasiado, tener o no una actitud, con la que lidiar, prefiere morir, una mil veces, pero no es valiente, ni para suicidarse.
Seguramente crea que existe un infierno mayor que la Tierra, y que la propia humanidad, y verse vagando entre oscuros agujeros negros, con estrellas relampagueantes, no sea lo mas oportuno, para dejar la vida.
Vomitaria,se marearía, y no conforme con ello...buscaría seguramente volver a la tierra.
Hoy te veo
Hoy me veo.
Y pienso en el karma de los padres y pienso, en el mio propio.
Y pienso que somos mas parecidos que nunca.
Porque yo tampoco he sabido ser valiente, y aveces siento, que no sé si quiero serlo.
Te quiero.
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