22.2.10

La huída


Aquí me gustas.

Camine todo el día poco erguida porque no quería mirar a nadie,  ni que nadie me mirara a mi.
El cuerpo avanzaba percibiendo en las muñecas, el soplo gélido del viento.

Me veo de niña, sentada  en el bordillo de la acera de la C/Oruro nº3 , mis padres andaban separandose.
Mi papa venía a buscarme para llevarme al cine o alguna cosa así.
Me miro, y me dijo:Zahira, tengo algo muy importante que decirte, vas a tener una hermanita.
Se llamará Aruna.
Yo me quede en silencio, y  senti como si me golpearan la barriga, entonces le pregunte...
¿A mi me seguirás queriendo?
¿No te olvidaras de mi?
Y el me dijo.
Jamás.

El tiempo paso, y trás unos meses, en los que Aruna era acunada en mis brazos, el teléfono dejo de sonar con tanta asiduidad, llego el vacio, y con el la huida.
Desaparecio...
Eligió.

El amor no es tan ruín como para hacerte elegir.
El amor es.


Lo más triste del mundo es enamorarte de la persona equivocada.
Y que su imagen exterior valga mas que la interior.
Tenemos miedo de observarnos, de mirarnos, y que nos de asco lo que vemos, por eso es mejor, no mirar adelante y ver en que nos hemos convertido, a mirar atrás y ver que seguimos siendo los mismos.
Aunque el alma no se pronuncie.

Te miro y te sigo queriendo, aunque aveces siento que avanzo en solitario.

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