11.12.09

Sintomas.

Si el pie establece el primer contacto con el medio entorno el cual debemos
manejarnos y nos sirve de apoyo para impulsarnos y obtener los objetivos establecidos,
es la rodilla la que refuerza a modo de palanca las capacidades de actuación dentro de
ese medio. La rodilla potencia, armoniza y estabiliza nuestros movimientos sirviendo de
mediadora entre nuestro mundo interior y el exterior. Esta sufrida articulación permite
dirigirnos y dirigir nuestra marcha y dirección.
Las piernas son nuestro arraigo a la tierra, y a través de ellas asciende la energía de la
misma. Al igual que el árbol necesita de unas raíces sanas, a través de las cuales absorbe
su alimento, son las piernas las raíces del “árbol de la vida” que es la columna. Para que
la energía fluya a través de ella debe ser libre en las extremidades. La concepción
oriental del hombre entre el cielo y la tierra, establece como primordial la liberación de
los circuitos energéticos del cuerpo para que esta simbiosis pueda establecerse. Para que
la energía del cielo pueda confluir en nuestro ser a través de la entrada craneal y el paso
de Du Mai , Ren Mai y los meridianos de vejiga y triple recalentador, la energía de la
tierra, determinada por estómago y sus agentes influyentes hígado, pulmón, intestino
grueso, corazón y riñón debe estar lo más desenvuelta posible.
Por otro lado, las piernas determinan nuestra posición en el mundo, y como nos ven los
demás.
Piernas y rodillas débiles pueden indicar una energía vital baja.
La Medicina Tradicional China nos recuerda como la debilidad o vacío de riñón se
manifiesta en las rodillas, así como las emociones asociadas, miedo, inseguridad,
incertidumbre.
La dependencia de los demás, la no capacidad de valerse por uno mismo, se verá
reflejado en las rodillas.

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