Durante un minuto, una niña de unos 10 años, y un niño de catorce, me miraban...
Los tres nos mantuvumos en silencio, solos.
No se escuchaba ruido .
Nos sumergimos, en la fantasía, que que se creo a través de las máscaras.
Me parecían tan mayores, que fue fascinante sentir sus ojos de asombro, y sus manos suaves contra las mías.
Termino, la foto y con ella, el llanto comenzó.
De pronto Lukas, vino a mi, y sentí, lo afortunado que era de ser educado, de una forma, donde su sensibilidad, prevalece por encima de cualquier cosa.
Pensé que me lo estaba perdiendo, tenía que darme prisa...
Pensé en lo difícil de convertirte en nómada, cuando, existen lazos emocionales.
Y en las elecciones.
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Que despacito camino...
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Atenta, veo las señales...que aveces parpadean en frente de mi cara,
cierro los ojos, muy fuerte...
¿Que no quieres ver?
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