
Edgar Ende.(Padre de Michael Ende).
Se encerraba en su taller, por lo general lo dejaba incluso completamente a oscuras, se echaba en el sofá y se concentraba. La dificultad de esa concentración no consistía en concentrarse en un determinado pensamiento, en una idea determinada, sino en no concentrarse en nada. Había que olvidar toda intención, reducir al silencio todo pensamiento, hacer desaparecer toda idea. Entonces, con una conciencia totalmente vacía, pero en una especie de creciente estado de vigilia, esperaba…
............................................................................................................................................................
Espero, sin entender.
Algo me golpeo, hoy, me deshincho poco a poco...me convertí, en la nada...
No quiero ver.
Entender a nadie.
Ver a nadie.
Por mi todos están muertos hoy.
No les comprendo.
-------------------------------------------------------
Hoy aprendí.
Observo lo negativo, y lo positivo.
Lo encuadro, y después le desmonto.
Descubro su fragilidad. Así en cada ser.
Me desmotiva, me parece patético.
Aún así les amo.
Después el otro, me ve fuerte, y me somete a un ensayo-error, que dura casí las 24 horas del día.
Lo soporto.
Después me descompongo.
Como hoy.
Dolor de muelas, diarrea y agotamiento.
Avanzo, tan lentamente...
Necesito estar sola.
...........................................................................
Emociones revueltas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario