9.7.09

Las flores del mal(Baudelaire)

Mujeres condenadas:
Como bestias inmóviles tumbadas en la arena,Vuelven sus ojos hacia el marino horizonte,Y sus pies que se buscan y sus manos unidas,Tienen desmayos dulces y temblores amargos.Las unas, corazones que aman las confidenciasEn el fondo del bosque donde el arroyo canta,Deletrean el amor de su pubertad tímidaY marcan en el tronco a los árboles tiernos;Las otras, como hermanas, andan graves y lentas,A través de las peñas llenas de apariciones,Donde vio san Antonio surgir como la lavaAquellas tentaciones con los senos desnudos;Y las hay, que a la luz de goteantes resinas,En el hueco ya mudo de los antros paganos,Te llaman en auxilio de su aulladora fiebre.¡Oh Baco, que adormeces todas las inquietudes!Y otras, cuyas gargantas lucen escapularios,Que, un látigo ocultando bajo sus largas ropas,Mezclan en las umbrías y solitarias noches,La espuma del placer al llanto del suplicio.Oh vírgenes, oh monstruos, oh demonios, oh mártires,De toda realidad desdeñosos espíritus,Ansiosas de infinito, devotas, satiresas,Ya crispadas de gritos, ya deshechas en llanto.
Vosotras, a quien mi alma persiguió en tal infierno,¡Hermanas mías!, os amo y os tengo compasión,Por vuestras penas sordas, vuestra insaciable sedy las urnas de amor que vuestro pecho encierra.


La mascara:
(...)¡Oh blasfemia del arte! ¡Oh sorpresa brutal!La divina mujer, que prometía la dicha¡Concluye en las alturas en un monstruo bicéfalo¡Mas no! Máscara es sólo, mentido decorado,Ese rostro que luce un mohín exquisito,Y, contémplalo cerca: atrozmente crispados,La auténtica cabeza, el rostro más real,Se ocultan al amparo de la cara que miente.¡Oh mi pobre belleza! El río esplendorosoDe tu llanto se abisma en mi hondo corazón.Me embriaga tu mentira y se abreva mi almaEn la ola que en tus ojos el Dolor precipita(...)

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