Friedrich Nietzsche
El viaje romántico que inicie hace algunos días hoy se detiene...el existencialismo, nos introduce en nuestras estructuras sociales y mostruosas que nos impiden vivir fluyendo.Dejo esta reseña de Nietzsche...para no olvidarme del viandante que se cruzó en mi camino, y que andaba enredado entre la tragicomedia de su destino.Artista,joven artista...
Te confundí con un loco,de verdades inconexas,pero que aveces sentias la vida durante algunos segundos a pesar de tus argumentos pesimistas de una forma intensa e irracional.
Intelección fundamental: qué es bello y qué es horrible
Nada está más condicionado ni es, digamos, más estrecho de miras que nuestro sentimiento de lo bello. Quien quisiera concebirlo disociado de la complacencia del hombre en el hombre perdería inmediatamente todo suelo y fundamento. En lo bello el hombre se admira en cuanto tipo: en casos extremos llega a adorarse a sí mismo. Pertenece a la esencia de un tipo hacerse feliz sólo ante su propio espectáculo, - afirmarse a sí y sólo a sí mismo. El hombre, tan colmado de bellezas como ve al mundo, siempre lo ha colmado únicamente con su propia «belleza»: esto quiere decir que considera bello todo aquello que le recuerda el sentimiento de perfección con el que él, como hombre, se sitúa entre las cosas. ¿Habrá embellecido realmente el mundo con ella?... ¿Y si a los ojos de un juez superior del gusto, el hombre no resultara, a fin de cuentas, bello en absoluto? ... ¿No quiero decir con esto que indigno, sino un poco cómico? ...
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- Oh, Dionisio, divino, ¿por qué me tiras de las orejas? Encuentro en tus orejas una especie de humor, Ariadna: ¿por qué no son aun más largas?...
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«Nada es bello: sólo el hombre es bello.» Sobre esta ingenuidad se funda toda nuestra estética: ésta sería, se dice, su primera «verdad».
Añadamos inmediatamente la «verdad» complementaria, ésta es menos ingenua: que no hay nada feo a no ser el hombre malogrado.
Cuando el hombre sufre por lo feo, sufre por el aborto de su tipo: y allí donde algo le recuerda, aun de la forma más remota, un tal aborto, allí mismo coloca el predicado «feo». El hombre ha colmado el mundo con cosas feas. Esto quiere decir siempre: con su propia fealdad... ¿Ha afeado realmente el mundo de esta manera?
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Todo lo feo debilita y consterna al hombre: le recuerda la ruina, el peligro, la impotencia. Se puede medir la impresión de lo feo con un dinamómetro. Cuando baja, entonces está surtiendo efecto algo feo; el sentimiento de poder, la voluntad de poder crece con lo bello y decae con lo horrible.
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En el instinto y la memoria se halla acumulado un material inmenso: contamos con mil clases de signos en los que se revela la degeneración del tipo. Cuando apenas se insinúa el agotamiento, el cansancio, la pesadez, la edad, o la falta de libertad, el espasmo, la descomposición, la putrefacción, ahí mismo habla nuestro juicio de valor más elemental: en ese mismo instante el hombre odia lo feo...
Lo que aquí odia es siempre la decadencia de su tipo. En este odio radica toda la filosofía del arte
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Si mis lectores se hallan lo suficientemente instruidos sobre el hecho de que también «el bueno» representa una forma del agotamiento en el espectáculo integral de la vida: entonces le rendirán tributo a la consecuencia del cristianismo cuando concibió al bueno como el feo. En esto el cristianismo tenía razón.
Es indigno de un filósofo decir: lo bueno y lo bello son una misma cosa: si agrega además «junto con lo verdadero», entonces debería azotársele.
La verdad es fea: tenemos el arte a fin de no sucumbir ante la verdad---.
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En punto a la relación que mantiene el arte con la verdad adquirí la más temprana seriedad y aún hoy me hallo en una santa consternación, ante esa escisión.
Mi primer libro le [fue] consagrado; el Nacimiento de la Tragedia cree en el arte sobre el trasfondo de otro credo: que no es posible vivir con la verdad; que la “voluntad de verdad” ya es un síntoma de degeneración...
Expongo aquí una vez más la concepción especialmente lúgubre y desagradable de aquel libro. Sobre otras concepciones pesimistas tiene el privilegio de [ser] inmoral: - no ha sido a diferencia de éstas inspirada por la virtud, la Circe de los filósofos.-
El arte en el Nacimiento de la Tragedia
Friedrich Nietzsche
Un romántico es un artista que hace creativo el gran descontento en sí-que aparta la vista de sí y de su mundo cercano, que mira detrás.
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